jueves, 27 de junio de 2013

David Lynch, el James Stewart de Marte (5) - Terciopelo azul, Lynch Town


“Pretendo despertar reacciones y sensaciones en el espectador. Para ser coherente conmigo mismo, con la realidad que me rodea, debo mostrar no solo la bondad del hombre, sino también su lado sombrío, perverso, si se quiere (…). Detesto quedarme en la superficie más banal”.

Un fracaso de tales dimensiones podría haber acabado con la carrera de cualquier director, pero la suerte le dio a Lynch una de cal y una de arena. Su contrato con DeLaurentiis  especificaba que una vez finalizada Dune podría realizar una película de bajo presupuesto donde tendría libertad total. “Tendría una absoluta libertad artística, y el presupuesto estaría por debajo de los seis millones y reduciría mi salario. Por supuesto, acepté el trato”. Su proyecto era Ronnie Rocket, pero por varias razones no llegó a producirse. Así que puso en marcha el proyecto Terciopelo azul, una historia de misterio basada en un pequeño pueblecito llamado Lumberton. “Terciopelo azul es una película muy americana. El look está basado en mi infancia en Spokane, Washington. Lumberton es un nombre real, existen muchos Lumbertons en América. Lo escogí porque podríamos tener insignias de policía y material, al ser un pueblo real”.



Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan) es un joven que se ve obligado a regresar a Lumberton, su pueblo natal, y abandonar la universidad debido a una enfermedad de su padre. Jeffrey se encontrará una oreja a medio camino del hospital tirada en un descampado, y tras entregarla a la policía, intentará sacarle brillo a su gris vida investigando el asunto. Con la ayuda de la hija de un policía, Sandy (Laura Dern) se irá adentrando  en un sórdido mundo que tiene como protagonista a Dorothy Vallens (Isabella Rossellini), una cantante de Club cuyo marido ha sido secuestrado por la banda de Frank Booth (Dennis Hopper), un peligroso maníaco que desata su rabia y sus frustraciones sobre la cantante. Jeffrey se involucrará de tal manera en el caso que llegará un momento en el que no sabrá distinguir si se ha convertido “en un detective o un pervertido”.

Para el papel de Jeffrey se pensó primero en un jovencísimo Val Kilmer, y para el de Frank, en Robert Loggia. Pero finalmente acabó acudiendo a su “protegido” Kyle MacLachlan y a Dennis Hopper, el cual parecía necesitar desesperadamente el papel para demostrar que de nuevo había logrado salir de su adicción a las drogas y al alcohol. “Necesito interpretar ese papel, David, por que yo soy Frank”. “Dennis es el único que lo podría haber interpretado. Ofreció la vida de Frank Booth. Logras ver a un Frank muy complejo, un tipo que definitivamente tiene mucho amor y complicadas emociones en su interior. Así que dices, esto no es un personaje de una nota, es una persona muy completa, a la vez que muy peligrosa al mismo tiempo”.




Para escoger el papel de Dorothy Vallens, acudiría a la modelo y actriz italiana Isabella Rossellini. Presentados por un amigo mutuo en un restaurante, David se acercó a ella y le dijo, “Podrías ser la hija de Ingrid Bergman”. “Eres idiota”, le respondió su colega, “es la hija de Ingrid Bergman”. Sea cierta o no esta es la historia que siempre se cuenta cuando se pregunta como se conocieron. Lynch y Rossellini iniciaron una relación que duraría hasta 1991. La dedicación de tres años y medio al rodaje de Dune le habían apartado mucho de su esposa, por lo que decidieron separarse a principios de 1985 (y es que una de las razones por las cuales Lynch aborrece Dune es que bien pudo costarle un matrimonio), de una manera bastante amigable y teniendo derecho a pasar regularmente un tiempo con su hijo Austin. Sandy, la dulce novia de Jeffrey, está interpretada por Laura Dern, que en aquellos tiempos había destacado gracias a su intervención en Máscara de Peter Bogdanovich. Mientras que los papeles de Jeffrey y Sandy son el vivo retrato de los WASP, guapos, elegantes, educados y muy americanos (precisamente MacLachlan y Dern iniciaron una relación sentimental a raíz del rodaje de este filme), Frank y Dorothy son su reverso tenebroso. Jeffrey caerá en las redes de Dorothy, aunque no significa que la inocente Sandy esté también “libre de pecado”. Como decía el propio Lynch, “Sandy es la chica de la casa de enfrente, pero ella no es un estereotipo, es quién mete a Jeffrey en esto… hay algo en ella muy, muy extraño”.

La anécdota más curiosa del rodaje fe el ataque de risa que le entró a Lynch en una de las escenas en las cuales Frank torturaba a Dorothy. “No creo que ningún psiquiatra del mundo fuera capaz de decirme por que me reí. No lo sé. Fue histéricamente divertido para mi. Frank estaba completamente obsesionado. Era como un perro en un almacén de chocolate. No podía ayudarse a si mismo. Había algo que hacer con el hecho de que era tan terrible y tan tenebroso y tan violento, que también tenía su sentido del humor”.




“Todos los personajes son arquetipos americanos de los años 50”. Aunque en ningún momento se nos indica la época en la que transcurren los hechos, el vestuario, la música, los pósters de Monty Clift en la habitación de Sandy… parecen indicar que son los 50 o primeros 60. Pero no es algo a seguir a rajatabla, existen guiños que por el contrario nos señalan que nos encontramos en el presente. La música que se escucha en la fiesta aunque suene retro pertenece a un músico de épocas mucho más modernas, Chris Isaak, Jeffrey bebe cerveza Heineken… son los años 50 a través de David Lynch.
La película tenía al habitual equipo de colaboradores del director (Alan Splet, Fred Elmes, Patricia Norris…) pero se incorporó uno nuevo que a partir de ese momento se convertiría en indisociable con Lynch en el imaginario popular: el músico Angelo Badalamenti. Lynch le contrató (aunque por aquellos tiempos solo había realizado bandas sonoras de poca entidad bajo el pseudónimo de Andy Badale) en un principio únicamente para que ayudase a Isabella Rossellini en la escena en la que canta en el club. “Estaba un día en casa y recibí una llamada del productor del filme, Dino DeLaurentiis. Se estaba rodando en Carolina del Norte y había una escena en la que Dorothy tenía que cantar “Blue Velvet”. David Lynch tenía muchos problemas con ella por que no era cantante profesional y pidió que alguien la instruyera. Yo conocía a Dino por que había trabajado con él en “Law and Disorder” y me lo pidió como un favor (…). Isabella es medio italiana como yo, así que hicimos muy buenas migas enseguida. Pasamos tres o cuatro horas solos en una habitación, yo tocando el piano y ella cantando, y grabamos una cinta. David estaba rodando la última escena de la película y yo le puse la cinta. Decidió ponerla en el film tal y como estaba, sin más arreglos. Por eso produce esa sensación de frescura, de espontaneidad”. A Lynch le empezó a gustar como trabajaba Angelo y le pidió que le ayudara a componer el tema Mysteries of Love”. “Le dije que yo no escribía letras, solo la música. Me dio seis líneas, pero no era letra normal, no habían rimas, ni estribillos ni estructura. Entonces me arrepentí de haberlo aceptado. ¿Qué podría hacer con eso? David me sugirió que hiciera algo cósmico, que se pareciese al viento, a los océanos, algo infinito, como si flotase en el tiempo. Lo entendí. Compuse una música muy abstracta que le gustó. Luego me pidió que buscase a una chica que cantara como un ángel”. Aquí entra en juego Julee Cruise, la voz angelical que Lynch andaba buscando. “Angelo me pidió que buscara amigas mías que cantaran bien. Fuimos allí y no funcionaba, así que probé yo y quedaron encantados”.

A mediados de 1986 se estrena la película levantando ampollas allá donde pasa y a una velocidad de vértigo se convierte en una película de culto. Y eso que el primer pase no hacía presagiar nada bueno. “Tuvimos un horrible preview en el valle de San Fernando. La gente pensaba que era asqueroso y que estaba enfermo. Y claro que es así, pero esto tiene dos caras”. Claro que si comprendemos que el público de dicho pase iba a ver Top Gun podemos comprender el por qué de esta reacción. En el Festival de Venecia se armó un gran revuelo cuando decidieron dejarla fuera de la Selección oficial, ya que el director del Festival, que había sido amigo de Ingrid Bergman, quedó de piedra al ver las durísimas escenas que tuvo que interpretar Isabella. Sin embargo, ganó el premio a la mejor película en el Festival de Sitges de 1986 (premio que recogió el director personalmente, siendo esta su segunda visita a España), en Gran Premio del Festival de Avoriaz, Dennis Hopper se llevó el premio al mejor actor en el Festival de Montreal y Lynch fue nominado por segunda vez al Oscar a mejor director. No hubo término medio, las críticas tuvieron dos lados bien diferenciados, igual que la cinta. “Es una historia de amor y misterio. Se trata de un tipo que se encuentra en dos mundos a la vez, uno es agradable, otro sombrío y terrorífico”.




En cualquier caso Lynch, salió del agujero negro de Dune, convertido en el “rey de lo extraño” de Hollywood. Terciopelo azul fue la película que desató la fiebre Lynch por todo el mundo, consiguió que sus actores principales cuando algunos eran poco o nada conocidos (MacLachlan, Dern) y otros estaban semi-olvidados (Hopper, Dean Stockwell). Lynch colaboró también en la resurrección artística de Roy Orbison, produciéndole el tema In Dreams que aparece en la película y en el álbum recopilatorio del artista del mismo título, y además apareciendo en un programa televisivo dedicado al cantante. Seguramente habrían seguido colaborando de no ser por la muerte del músico en 1989.

En 1987 trabaja para televisión por primera vez, presentando una serie de la BBC sobre cine surrealista llamada “Ruth, Roses and Revolver”. Si bien se trataba de un trabajo sencillo, le provocó el impacto y las ganas suficientes para ponerse a trabajar en un nuevo medio.

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