“Pretendo despertar
reacciones y sensaciones en el espectador. Para ser coherente conmigo mismo,
con la realidad que me rodea, debo mostrar no solo la bondad del hombre, sino
también su lado sombrío, perverso, si se quiere (…). Detesto quedarme en la
superficie más banal”.
Un
fracaso de tales dimensiones podría haber acabado con la carrera de cualquier
director, pero la suerte le dio a Lynch una de cal y una de arena. Su contrato
con DeLaurentiis especificaba que una
vez finalizada Dune podría realizar
una película de bajo presupuesto donde tendría libertad total. “Tendría una absoluta libertad artística, y
el presupuesto estaría por debajo de los seis millones y reduciría mi salario.
Por supuesto, acepté el trato”. Su proyecto era Ronnie Rocket, pero por varias razones no llegó a producirse. Así
que puso en marcha el proyecto Terciopelo
azul, una historia de misterio basada en un pequeño pueblecito llamado
Lumberton. “Terciopelo azul es una película muy americana. El look está basado en
mi infancia en Spokane, Washington. Lumberton es un nombre real, existen muchos
Lumbertons en América. Lo escogí porque podríamos tener insignias de policía y
material, al ser un pueblo real”.
Jeffrey
Beaumont (Kyle MacLachlan) es un joven que se ve obligado a regresar a
Lumberton, su pueblo natal, y abandonar la universidad debido a una enfermedad
de su padre. Jeffrey se encontrará una oreja a medio camino del hospital tirada
en un descampado, y tras entregarla a la policía, intentará sacarle brillo a su
gris vida investigando el asunto. Con la ayuda de la hija de un policía, Sandy
(Laura Dern) se irá adentrando en un
sórdido mundo que tiene como protagonista a Dorothy Vallens (Isabella
Rossellini), una cantante de Club cuyo marido ha sido secuestrado por la banda
de Frank Booth (Dennis Hopper), un peligroso maníaco que desata su rabia y sus
frustraciones sobre la cantante. Jeffrey se involucrará de tal manera en el
caso que llegará un momento en el que no sabrá distinguir si se ha convertido “en
un detective o un pervertido”.
Para el
papel de Jeffrey se pensó primero en un jovencísimo Val Kilmer, y para el de
Frank, en Robert Loggia. Pero finalmente acabó acudiendo a su “protegido” Kyle
MacLachlan y a Dennis Hopper, el cual parecía necesitar desesperadamente el
papel para demostrar que de nuevo había logrado salir de su adicción a las
drogas y al alcohol. “Necesito interpretar ese papel, David, por
que yo soy Frank”. “Dennis es el único que lo podría haber interpretado.
Ofreció la vida de Frank Booth. Logras ver a un Frank muy complejo, un tipo que
definitivamente tiene mucho amor y complicadas emociones en su interior. Así
que dices, esto no es un personaje de una nota, es una persona muy completa, a
la vez que muy peligrosa al mismo tiempo”.
Para
escoger el papel de Dorothy Vallens, acudiría a la modelo y actriz italiana
Isabella Rossellini. Presentados por un amigo mutuo en un restaurante, David se
acercó a ella y le dijo, “Podrías ser la hija de Ingrid Bergman”. “Eres
idiota”, le respondió su colega, “es la hija de Ingrid Bergman”. Sea
cierta o no esta es la historia que siempre se cuenta cuando se pregunta como
se conocieron. Lynch y Rossellini iniciaron una relación que duraría hasta
1991. La dedicación de tres años y medio al rodaje de Dune le habían apartado mucho de su esposa, por lo que decidieron
separarse a principios de 1985 (y es que una de las razones por las cuales
Lynch aborrece Dune es que bien pudo
costarle un matrimonio), de una manera bastante amigable y teniendo derecho a
pasar regularmente un tiempo con su hijo Austin. Sandy, la dulce novia de
Jeffrey, está interpretada por Laura Dern, que en aquellos tiempos había
destacado gracias a su intervención en Máscara
de Peter Bogdanovich. Mientras que los papeles de Jeffrey y Sandy son el vivo
retrato de los WASP, guapos, elegantes, educados y muy americanos (precisamente
MacLachlan y Dern iniciaron una relación sentimental a raíz del rodaje de este
filme), Frank y Dorothy son su reverso tenebroso. Jeffrey caerá en las redes de
Dorothy, aunque no significa que la inocente Sandy esté también “libre de
pecado”. Como decía el propio Lynch, “Sandy es la chica de la casa de enfrente,
pero ella no es un estereotipo, es quién mete a Jeffrey en esto… hay algo en
ella muy, muy extraño”.
La
anécdota más curiosa del rodaje fe el ataque de risa que le entró a Lynch en
una de las escenas en las cuales Frank torturaba a Dorothy. “No
creo que ningún psiquiatra del mundo fuera capaz de decirme por que me reí. No
lo sé. Fue histéricamente divertido para mi. Frank estaba completamente
obsesionado. Era como un perro en un almacén de chocolate. No podía ayudarse a
si mismo. Había algo que hacer con el hecho de que era tan terrible y tan
tenebroso y tan violento, que también tenía su sentido del humor”.
“Todos los
personajes son arquetipos americanos de los años 50”. Aunque en ningún momento se nos
indica la época en la que transcurren los hechos, el vestuario, la música, los
pósters de Monty Clift en la habitación de Sandy… parecen indicar que son los
50 o primeros 60. Pero no es algo a seguir a rajatabla, existen guiños que por
el contrario nos señalan que nos encontramos en el presente. La música que se
escucha en la fiesta aunque suene retro pertenece a un músico de épocas mucho
más modernas, Chris Isaak, Jeffrey bebe cerveza Heineken… son los años 50 a
través de David Lynch.
La
película tenía al habitual equipo de colaboradores del director (Alan Splet,
Fred Elmes, Patricia Norris…) pero se incorporó uno nuevo que a partir de ese
momento se convertiría en indisociable con Lynch en el imaginario popular: el
músico Angelo Badalamenti. Lynch le contrató (aunque por aquellos tiempos solo
había realizado bandas sonoras de poca entidad bajo el pseudónimo de Andy
Badale) en un principio únicamente para que ayudase a Isabella Rossellini en la
escena en la que canta en el club. “Estaba un día en casa y recibí una llamada
del productor del filme, Dino DeLaurentiis. Se estaba rodando en Carolina del
Norte y había una escena en la que Dorothy tenía que cantar “Blue Velvet”.
David Lynch tenía muchos problemas con ella por que no era cantante profesional
y pidió que alguien la instruyera. Yo conocía a Dino por que había trabajado
con él en “Law and Disorder” y me lo pidió como un favor (…). Isabella es medio
italiana como yo, así que hicimos muy buenas migas enseguida. Pasamos tres o
cuatro horas solos en una habitación, yo tocando el piano y ella cantando, y
grabamos una cinta. David estaba rodando la última escena de la película y yo
le puse la cinta. Decidió ponerla en el film tal y como estaba, sin más
arreglos. Por eso produce esa sensación de frescura, de espontaneidad”.
A Lynch le empezó a gustar como trabajaba Angelo y le pidió que le ayudara a
componer el tema Mysteries of Love”. “Le
dije que yo no escribía letras, solo la música. Me dio seis líneas, pero no era
letra normal, no habían rimas, ni estribillos ni estructura. Entonces me
arrepentí de haberlo aceptado. ¿Qué podría hacer con eso? David me sugirió que
hiciera algo cósmico, que se pareciese al viento, a los océanos, algo infinito,
como si flotase en el tiempo. Lo entendí. Compuse una música muy abstracta que
le gustó. Luego me pidió que buscase a una chica que cantara como un ángel”. Aquí
entra en juego Julee Cruise, la voz angelical que Lynch andaba buscando. “Angelo
me pidió que buscara amigas mías que cantaran bien. Fuimos allí y no
funcionaba, así que probé yo y quedaron encantados”.
A
mediados de 1986 se estrena la película levantando ampollas allá donde pasa y a
una velocidad de vértigo se convierte en una película de culto. Y eso que el
primer pase no hacía presagiar nada bueno. “Tuvimos un horrible preview en el valle de
San Fernando. La gente pensaba que era asqueroso y que estaba enfermo. Y claro
que es así, pero esto tiene dos caras”. Claro que si comprendemos que
el público de dicho pase iba a ver Top
Gun podemos comprender el por qué de esta reacción. En el Festival de
Venecia se armó un gran revuelo cuando decidieron dejarla fuera de la Selección
oficial, ya que el director del Festival, que había sido amigo de Ingrid Bergman,
quedó de piedra al ver las durísimas escenas que tuvo que interpretar Isabella.
Sin embargo, ganó el premio a la mejor película en el Festival de Sitges de
1986 (premio que recogió el director personalmente, siendo esta su segunda
visita a España), en Gran Premio del Festival de Avoriaz, Dennis Hopper se
llevó el premio al mejor actor en el Festival de Montreal y Lynch fue nominado
por segunda vez al Oscar a mejor director. No hubo término medio, las críticas
tuvieron dos lados bien diferenciados, igual que la cinta. “Es una historia de amor y
misterio. Se trata de un tipo que se encuentra en dos mundos a la vez, uno es
agradable, otro sombrío y terrorífico”.
En cualquier
caso Lynch, salió del agujero negro de Dune,
convertido en el “rey de lo extraño” de Hollywood. Terciopelo azul fue la película que desató la fiebre Lynch por todo el mundo, consiguió que sus actores
principales cuando algunos eran poco o nada conocidos (MacLachlan, Dern) y
otros estaban semi-olvidados (Hopper, Dean Stockwell). Lynch colaboró también
en la resurrección artística de Roy Orbison, produciéndole el tema In Dreams que aparece en la película y
en el álbum recopilatorio del artista del mismo título, y además apareciendo en
un programa televisivo dedicado al cantante. Seguramente habrían seguido
colaborando de no ser por la muerte del músico en 1989.
En 1987
trabaja para televisión por primera vez, presentando una serie de la BBC sobre
cine surrealista llamada “Ruth, Roses and
Revolver”. Si bien se trataba de un trabajo sencillo, le provocó el impacto
y las ganas suficientes para ponerse a trabajar en un nuevo medio.
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